Claudia Sheinbaum ha hecho historia al convertirse en la primera mujer en ocupar la presidencia de México tras su toma de posesión el 01 octubre de 2024. Su llegada al cargo genera enormes expectativas, pero también la coloca frente a una serie de retos y desafíos que definirán no solo su legado, sino también el rumbo del país en los próximos años. A pesar de su cercanía con su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum deberá demostrar su liderazgo independiente mientras enfrenta problemas complejos como la inseguridad, el crecimiento económico, la crisis ambiental y las demandas de justicia social.
- Seguridad y combate al crimen organizado
Uno de los problemas más urgentes que enfrenta la nueva presidenta es la crisis de seguridad que afecta a gran parte del país. Durante los últimos años, México ha experimentado niveles récord de homicidios, desapariciones y violencia relacionada con el narcotráfico. La estrategia de “abrazos, no balazos”, defendida por López Obrador, ha sido objeto de críticas por no reducir significativamente la violencia. Sheinbaum tendrá que decidir si mantiene esta política o si opta por un enfoque más contundente que involucre reformas en las fuerzas de seguridad, mejoras en la capacitación de policías, y una estrategia más integral de prevención de la violencia.
Asimismo, la presidenta deberá enfrentar la compleja tarea de coordinar esfuerzos con los gobiernos estatales, mejorar los sistemas de justicia y fortalecer las instituciones responsables de combatir el crimen organizado. La pacificación del país será uno de los puntos clave que definirá el éxito o fracaso de su gobierno.
- Crecimiento económico y recuperación post pandemia
El escenario económico es otro desafío fundamental. México aún lidia con los efectos económicos de la pandemia de COVID-19, que exacerbó problemas estructurales como la desigualdad, la informalidad laboral y el bajo crecimiento. Aunque Sheinbaum hereda un país con relativa estabilidad macroeconómica, deberá lidiar con un crecimiento económico insuficiente para mejorar la calidad de vida de gran parte de la población.
La nueva presidenta tendrá que implementar políticas que impulsen el desarrollo económico, fomenten la inversión privada, y diversifiquen las fuentes de empleo, además de fortalecer los sectores industrial, tecnológico y de energías renovables. Promover una economía más incluyente que cierre las brechas entre las zonas rurales y urbanas, así como reducir la pobreza, será esencial para su éxito.
- Equidad de género y derechos de las mujeres
Como la primera mujer presidenta de México, Sheinbaum enfrenta expectativas altas en cuanto a su compromiso con la igualdad de género. México continúa siendo uno de los países con los índices más altos de feminicidios y violencia de género en América Latina, lo que ha generado demandas crecientes de los movimientos feministas por políticas más efectivas para proteger a las mujeres.
Sheinbaum deberá priorizar la implementación de políticas públicas enfocadas en erradicar la violencia de género, fortalecer la justicia para las víctimas y asegurar el acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo en todos los niveles. Además, su gobierno será evaluado por su capacidad para crear condiciones que promuevan la igualdad en el ámbito laboral, político y social.
- Transición energética y cambio climático
Otro reto clave es la transición energética hacia un modelo más sustentable. Sheinbaum, con una formación como científica y ex secretaria del Medio Ambiente de la Ciudad de México, ha mostrado un fuerte compromiso con la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, esto contrasta con las políticas energéticas de López Obrador, quien priorizó los combustibles fósiles y debilitó el apoyo a las energías limpias.
Como presidenta, Sheinbaum deberá reconciliar las necesidades de crecimiento económico con la urgencia de enfrentar el cambio climático. La apuesta por un desarrollo sostenible implica fomentar la inversión en energías renovables, modernizar la infraestructura energética, y establecer regulaciones más estrictas para proteger el medio ambiente. Sin embargo, cualquier intento de cambio en este ámbito puede generar tensiones con sectores tradicionales de la economía.
- Polarización política y gobernabilidad
Claudia Sheinbaum hereda un país políticamente polarizado. Durante el mandato de López Obrador, el discurso político se volvió más divisivo, lo que dificultó la construcción de consensos en algunos sectores de la sociedad. Como presidenta, Sheinbaum tendrá que manejar un escenario en el que, a pesar de tener apoyo popular, enfrenta críticas de la oposición, de sectores empresariales y de una parte de la ciudadanía.
Un reto importante será construir puentes y dialogar con diferentes actores políticos, tanto dentro como fuera de su partido, para avanzar en reformas clave. Lograr consensos en el Congreso y evitar confrontaciones con otros poderes del Estado será crucial para evitar el estancamiento de su agenda de gobierno.
- Reforma del sistema de salud
El sistema de salud mexicano, aunque ampliado en cobertura durante los últimos años, sigue enfrentando problemas de falta de recursos, desigualdad en el acceso y baja calidad en algunos servicios. Sheinbaum se ha comprometido a mejorar el sistema de salud, consolidando los avances en la cobertura universal y mejorando la infraestructura hospitalaria y la atención primaria. También deberá afrontar los desafíos derivados de la pandemia y preparar al país para futuras crisis sanitarias.
- Relaciones internacionales y migración
En el plano internacional, Sheinbaum debe gestionar las relaciones con Estados Unidos, México’s principal socio comercial y vecino. Los temas de comercio, seguridad fronteriza y migración son prioritarios, especialmente en un contexto donde el flujo migratorio sigue siendo un tema delicado. Además, Sheinbaum tendrá que posicionar a México en los debates globales sobre cambio climático, derechos humanos y desarrollo económico.
Su capacidad para manejar la relación bilateral con Washington, promover el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y abordar la crisis migratoria desde una perspectiva más humanitaria será crucial en su política exterior.
Conclusión
Claudia Sheinbaum inicia su presidencia en un momento histórico para México, con el enorme reto de forjar su propio camino y demostrar que es capaz de implementar cambios significativos mientras supera la sombra de su predecesor. La seguridad, el crecimiento económico, la igualdad de género y el cambio climático son algunos de los temas que definirán su mandato. Aunque su ascenso representa un avance en la representación femenina en la política mexicana, su éxito dependerá de su capacidad para enfrentar los grandes desafíos del país con eficacia, liderazgo y visión a largo plazo.